Rosalía Nalleli Pérez-Estrada*
Las listas de cotejo son instrumentos que ayudan a lograr una evaluación más objetiva en cualquier contexto y su utilización debería de ser más amplia por quienes desean transparentar, en un primer paso, los resultados. Sus beneficios son muchos y poco el tiempo que debe de aplicarse para desarrollarlas, pero el provecho más grande es la credibilidad que se genera hacia el evaluador cuando este entrega cuentas y la posible motivación que puede generar en el evaluado, cuando este conoce, desde un inicio, lo que se espera en su desempeño.
En ese tenor, se menciona la rentabilidad de su uso básico: la listas de cotejo evitan tiempos perdidos al verificar cualquier actividad, facilitan el conocimiento en el evaluado de lo que se espera de él, se esclarecen las actividades esperadas ante una tarea, y en el área educativa, asi como en el área administrativa, pueden ayudar a lograr mejores resultados en las diferentes etapas de la planeación, dirección, implementación y el desarrollo como parte del control. Además, nivelan las oportunidades en los evaluados. Indudablemente se debe de dedicar tiempo para tener algunas consideraciones con listas de cotejo, como las que recomendaban hace algún tiempo Paul y Elder (2003) quienes, en un contexto de medición para el pensamiento crítico, sugerían que se tomara en cuenta las siguientes preguntas al utilizarlas:1. La precisión al contestar a la pregunta ¿Qué está evaluando? ¿Por qué?, 2.- el propósito que esa evaluación lleva consigo; mediante preguntas meticulosas, incisivas; 3.- la especificidad al saber qué información se necesita recopilar, 4.- la claridad en lo que se desea indagar así como 5.- los criterios o estándares que se van a aplicar pensando en su practicidad, razonabilidad, etc y pensando en las consecuencias en esa forma de evaluar por aquellos elementos mínimos que no son considerados, con el objetivo de generar resultados exitosos, permanentes, duraderos, estratégicos, sanos y sostenibles.
Su utilidad no se puede negar y se pueden considerar como un instrumento de ayuda fiel, en el seguimiento de lo que se hace y no se hace en una primera etapa y en cualquier área y; sin que este sea el único instrumento completo que pudiese medir la calidad de las actividades realizadas, si puede ser de una gran utilidad para identificar -de manera más objetiva- el cumplimiento de las tareas asignadas en un trabajo, o de los compromisos generados para por ejemplo, el dirigente de cualquier área administrativa, política o educativa, mediante indicadores de observación, para lograr la reflexión que conduzca a la mejora.
Además, la utilización de estos instrumentos en diversas áreas ayudaría a tener metas de medición mejor definidas, generando trabajo colaborativo entre el evaluador y el evaluado, y las demás personas que participen en este proceso y en diferentes momentos, para medir competencias y que se dice “son herramientas concretas y tangibles por medio de los cuales se obtiene información de los estudiantes para valorar en qué grado o nivel de desempeño han alcanzado el o los aprendizajes esperados (criterios) de una o varias competencias, teniendo como base situaciones problema del contexto” (Tobón, 2013:13). Además, que sirven para verificar si se presenta o no se presenta un indicador para la resolución de un problema del contexto (Tobón 2014). Y que se trata de que se mida lo que se debe de medir, tratando de cumplir con la practicidad que todo instrumento debe tener, entendida esta como “algo que se aplica o emplea con facilidad y sin complicaciones” (Tobón, 2013:25).
Sin embargo, lo más interesante de su uso sería la extensión que de ellas se pueda hacer, para que pudiesen ser adoptadas en otros ámbitos donde la rendición de cuentas siempre ha sido una nube oscura que evita ver los cambios tangibles en una sociedad cada vez más desesperada, por que no sabe qué camino tomar ante tanto abuso del poder, y que fuesen utilizadas de manera continua en diferentes ámbitos como en los contextos políticos, para que al reporte de los beneficios, este sea menos complejo y que quienes adquieren un nuevo cargo político sepan exactamente lo que de ellos se espera en su desempeño, para ser evaluados como buenos o malos, más objetivamente, y sus resultados no queden en el rumor de la gente o en la creencia popular, sino manifestados en instrumentos que reflejen de manera tangible su trabajo.
*Directora de Universidad Santander, Campus Tlaxcala. Profesora por asignatura, de la Universidad Politécnica de Tlaxcala. [email protected]
Referencias.
Paul, R. y Elder, L. (2003), La mini-guía para el Pensamiento crítico. Conceptos y herramientas. Fundación para el Pensamiento Crítico. Link. www.criticalthinking.org
Tobón, S. (2013) Listas de cotejo. Instrumento de evaluación de competencias desde la socioformación. CIFE. México
Tobón, S. (2014) Listas de cotejo y rúbricas. CIFE. México
Tobón, S. (2014), Metodología de las Listas de cotejo y de las rúbricas socioformativas. CIFE. México
Tobón, S., GUZMAN, Clara Eugenia, SILVANO HERNANDEZ José, Y CARDONA, Sergio, (2015), Sociedad del conocimiento: estudio documental desde una perspectiva humanista y compleja. CIFE. México
En la web:
https://issuu.com/cife/docs/e-book__instrumentos_evaluacion_com
https://issuu.com/cife/docs/conceptos_de_listas_de_cotejo_y_rub
https://issuu.com/cife/docs/metodologia_de_las_listas_de_cotejo
http://www.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1011-22512015000200002.