Javier Castañeda Rincón*
La Geografía es una de las asignaturas escolares directamente responsable de fomentar el amor a la Patria, el respeto a los derechos humanos y la solidaridad internacional, (Artículo Tercero Constitucional), por lo que debe mantener una presencia adecuada y suficiente en el currículo de la educación básica, no obstante, la SEP en los programas de 1993, 2006, 2011 y en la Propuesta Curricular 2016, le ha quitado sistemáticamente contenidos y le ha reducido su carga horaria.
Minimizar los cursos y carga horaria ha implicado para los estudiantes mexicanos un vacío educativo que se expresa a través del desconocimiento; de la diversidad de las regiones del país; de la variedad de su naturaleza paisajística; de la importancia económica de sus recursos naturales; de la pluriculturalidad existente; del conocimiento de su territorio y fronteras; de los retos a vencer en materia ambiental, entre otros temas de importancia regional o mundial.
Los programas de geografía 2016 constituyen la formalización del conocimiento de un geógrafo, aunque intenten hacer una transposición didáctica para los alumnos de 6 a 15 años, los abordan desde los mismos ejes temáticos, aumentando su amplitud y dificultad de primaria a secundaria, pero dejando la impresión que se repiten ante la falta de otros temas significativos.
Dejan de lado aquellos que son interesantes para el desarrollo socio-cognitivo de los niños y jóvenes, lo cual se puede constatar en las aulas de clase al sopesar los temas más atractivos e interesantes que los estudiantes reconocen en la geografía.
Los alumnos no estudian nada sobre los efectos del cambio climático; la deforestación; la erosión de los suelos; las banderas y monedas nacionales; la desaparición de territorios costeros por el aumento en el nivel del agua del mar, el calentamiento global, la desaparición de los hielos en los polos, los conflictos bélicos; los desplazados de las guerras y del narcotráfico; los refugiados; la escasez del agua; la pérdida de la biodiversidad; el racismo; la igualdad de género; la inseguridad social; el bono demográfico; los nacionalismos; la globalización; la desertificación; las sociedades del consumismo, entre otros, que no abordan los programas de geografía y menos aún desde la perspectiva de los sistemas espaciales complejos.
*Docente especializado en la enseñanza de geografía