El martes de esta semana se dieron a conocer los resultados de la quinta edición (2012) de la prueba PISA, que mide los conocimientos de los alumnos de 15 años de edad en lectura, matemáticas y ciencias. Como en ediciones anteriores, los alumnos mexicanos quedaron mal posicionados, ubicándose en el último lugar de los 34 países que integran a la OCDE, en las tres áreas que cubre la prueba.
Pero el mal desempeño de México se dio no sólo con relación a países más ricos, sino también con algunos bastante menos desarrollados que el nuestro. Por ejemplo, Vietnam, cuyos estudiantes obtuvieron 511 puntos promedio en matemáticas contra los 413 obtenidos por los alumnos mexicanos (diferencia que equivale a alrededor de dos años de escolaridad más). Ello, a pesar de que el ingreso per cápita de los vietnamitas (1,408.00 USD*) es sustancialmente inferior al de los mexicanos (9,699.00 USD*).
Un resultado aún más sorprendente y preocupante es el que, con excepción de Aguascalientes, Nuevo León, Jalisco y Querétaro, los estudiantes del resto de las entidades federativas del país —incluyendo al D.F.— hayan obtenido puntajes promedio en matemáticas inferiores a los de los Emiratos Árabes Unidos (434) y la República de Kazajistán (432). Estos datos confirman que los recursos y el nivel de desarrollo, si bien importantes, resultan claramente insuficientes para explicar las muy importantes diferencias entre países y regiones en lo que hace a la capacidad de sus sistemas educativos para lograr que el tiempo en las aulas se traduzca en aprendizajes efectivos para los alumnos.
Como se señaló reiteradamente en comunicados oficiales sobre los resultados de México en PISA 2012, el país es uno de los participantes cuyos puntajes en matemáticas más crecieron entre 2003 y 2012. A pesar de ello, resulta importante señalar que el porcentaje de alumnos mexicanos debajo del nivel de suficiencia sigue siendo escandalosamente alto (55%) y más alto incluso que en 2009 (51%). Algo igualmente grave ocurre en relación a nuestros estudiantes con los mayores niveles de logro (niveles 5 y 6 de PISA). Así, y para el caso de matemáticas —competencia que recibió un énfasis especial en esta edición, al igual que en 2003—, el porcentaje de alumnos mexicanos con más altos niveles de dominio fue de tan sólo 0.6% (0.7 en 2009). Para el promedio de los países OCDE ese porcentaje fue de 12.6 y para Shanghai, China (1er lugar en el ranking global 2012), de 55.
La evolución en el porcentaje de alumnos mexicanos de alto nivel de logro en PISA revela un problema adicional muy grave en relación a la confiabilidad del principal instrumento del que disponemos para medir calidad educativa: la prueba ENLACE. Me explico. De acuerdo a los resultados de ENLACE, el porcentaje de estudiantes de tercero de secundaria con nivel excelente pasó de 0.4 a 7% entre 2006 y 2012. Estas cifras son del todo inconsistentes con la evolución de porcentaje de alumnos mexicanos en niveles 5 y 6 de PISA (0.9 en 2006 y 0.6 en 2012) e indican que la confiabilidad de ENLACE está en entredicho.
El panorama que arroja PISA 2012 para México es, para decirlo rápido, desolador.
En resumen: un país que no se mueve o se mueve para atrás, mientras el mundo avanza a toda velocidad.
*USD corrientes, 2011, Banco Mundial.