Las escuelas son organizaciones inteligentes con capacidad de aprender de su contexto, de sus errores, de las personas que la conforman y con ello, la calidad, actualización, enfoque, interés y capacidad de reacción de autoridades, docentes, personal administrativo y familias que reconstruyen día a día el potencial de desarrollo que le es significativo para la realización de la tarea que tienen encomendada: el aprendizaje.
Es importante entender qué es el aprendizaje organizacional es, en pocas palabras, el proceso mediante el cual una organización, en este caso, una escuela, adquiere y utiliza nuevos conocimientos, habilidades y prácticas para mejorar su desempeño y adaptarse a los cambios.
El aprendizaje organizacional es esencial en el ámbito educativo. Las escuelas son contextos muy dinámicos, donde repetidamente se presentan desafíos y oportunidades de mejora. Mediante el aprendizaje organizacional, directivos, docentes y el personal escolar pueden reflexionar, colaborar, tomar acciones y sobre todo decisiones para promover la mejora educativa.
Ser conscientes del aprendizaje organizacional es fomentar una cultura de aprendizaje, donde la búsqueda de conocimiento y el crecimiento constante se convierten en la norma. Además, fortalece la capacidad de adaptación frente a los cambios curriculares, pedagógicos y tecnológicos. También el mejorar la enseñanza y el aprendizaje al promover una actualización y aplicación de buenas prácticas, de aquellas que funcionan, para ese momento, para esa circunstancia y con esas condiciones.
Para promover el aprendizaje organizacional al interior del centro educativo existen diferentes estrategias. En primer lugar, es fundamental fomentar una cultura de colaboración y de compartir conocimientos, donde directivos, docentes y personal puedan intercambiar experiencias y aprendizajes. Además, se deben establecer, intencionalmente, espacios de reflexión y análisis, como lo es el consejo técnico, los grupos de estudio o las comunidades de práctica. En este sentido, el liderazgo educativo desempeña un papel crucial al proporcionar de la organización, recursos, tiempo y apoyo para el desarrollo profesional del equipo.
Algunos ejemplos de buenas prácticas de aprendizaje organizacional en las escuelas pueden incluir la implementación de programas de mentoría y apoyo entre docentes, la participación en conferencias y cursos de desarrollo profesional, la realización de investigaciones colaborativas sobre mejores enfoques pedagógicos, la elaboración conjunta de la agenda anual, la resolución de conflictos y la adopción de tecnologías educativas innovadoras para la mejora.
En resumen, el aprendizaje organizacional es un pilar fundamental para el crecimiento educativo en las escuelas. Al fomentar una cultura de aprendizaje, adaptación y mejora continua, las instituciones educativas pueden enfrentar de mejor manera los retos del siglo XXI y proporcionar una mejor educación. Hay que tener siempre presente esa maravillosa frase de Séneca “Docendo discimus” que significa «enseñando, aprendemos», ya que solo juntos podemos impulsar el cambio y la mejora permanente de nuestro centro educativo.
Dr. Manuel Alberto Navarro Weckmann
Doctor en Gerencia Pública y Política Social