“Antes que reducir el gasto social, la Federación debería recortar burocracia, eliminar gastos ostentosos y las dependencias que no son funcionales”… Jaime Rodríguez, Gobernador de Nuevo León
Existe un dicho muy común en la jerga política que dice que “dime qué quitas del presupuesto y te diré que es lo que te estorba”, el cual refleja que solo aquello que aparece con un impacto creciente en el monto asignado, significa lo importante y aquello que se reduce o elimina, en realidad importa menos.
De acuerdo con este criterio, se puede llevar a cabo un análisis del presupuesto presentado al Congreso de la Unión para este 2017, en comparación del realizado en el transcurso de este año 2016, a sabiendas que aún es posible que se lleven a cabo modificaciones, sin embargo lo que se intenta destacar en el presente documento es la importancia asignada a determinados rubros desde la visión federal.
El pasado 8 de septiembre, el recien nombrado Secretario de Hacienda José Antonio Meade entregó el paquete económico 2017 a la Cámara de Diputados, en donde se especifica que se fue diseñado con una reducción del orden de los 239 mil millones de pesos equivalente al 1.2% del Producto interno Bruto, “que atiende a la necesidad de preservar la estabilidad económica y atender, al mismo tiempo, las necesidades y preocupaciones de la sociedad”, un lenguaje que sin duda alguna resulta prometedor y agradable.
Para empezar, las dependencias más castigadas por el ajuste son Pemex con 100 mil millones, la SEP, Salud y la SCT en programas que –a decir del Secretario– no son viables. Veamos las cifras desagregadas.
Afortunadamente para el Secretario de Educación, su sueldo va a ser de 2 millones 502 mil 851 pesos, es decir un salario bruto de 208 mil pesos mensuales, y ya con beneficios suma los 3 millones 460 mil pesos anuales, un 15% de aumento del Poder Judicial y mil millones más para el Congreso de la Unión, y los partidos políticos que, con el aumento, llegarán a cuatro mil 138 millones de pesos en conjunto.
En el caso de los espacios en donde se reduce el presupuesto, son casi 11 mil millones menos a los pueblos indígenas, de 180 programas ambientales que existen, sólo 46 cuentan con recursos para el 2017, se eliminarán 25,000 plazas en el gobierno federal, y casi mil millones de pesos menos para los Derechos Humanos
En el caso específico del sector educativo, uno de los programas más perjudicados es de Inclusión Digital, por medio del cual se entregaban tabletas a los alumnos de quinto año de primaria, que sólo le asignaron mil 641 millones de pesos; de igual forma ocurre en programas prioritarios de la reforma educativa como es el caso de las Escuelas de Tiempo Completo que sufre un ajuste de 1 mil millones de pesos, que significa 4.7 por ciento menos de que se dispuso este año; en otro orden de ideas, para el Programa para el Desarrollo Profesional Docente, que aplica para la formación continua de maestros de educación básica y media superior, en lugar de aumentar, tiene un recorte de 37 por ciento; y lo más grave, el programa de la Reforma Educativa, que entrega recursos directos a las escuelas para el mantenimiento menor y mejoramiento de mobiliario, también tiene una reducción de 71 por ciento.
A pesar de que se expresa que es un presupuesto diferente, la realidad es que el Paquete Económico 2017, no es suficiente para cambiar la perspectiva negativa de la calificación crediticia de México, aseguró la calificadora internacional Standard & Poor’s, ya que se sigue en un peligroso escenario de deuda pública, en donde tan sólo el pago de los intereses de la deuda acumulada en nuestro País equivale a la suma de los presupuestos totales de educación, Salud, Desarrollo Social y a 8 Instituciones incluyendo la UNAM y el Instituto Politécnico Nacional.
Resulta muy importante fortalecer y no reducir aquellos presupuestos en donde se tiene –al menos de palabra – el empeño de seguir fomentando para los grandes cambios que México espera de sus gobernantes y, por lo que se ve, tendrá que seguir esperando…